domingo, 24 de diciembre de 2006

los panas...



Como ya dije antes se me ha acercado gente a perdirme que les deje intentar subirse a la cinta, mucha gente lo ha intentado pero los que más bacán es cuando lo comparto con mis panas... A la final con ellos empezé, cuando recién intentábamos cruzar un tramo de cuerda que tensábamos porque no teníamos la cinta y aunque nos scábamos la madre por los latigasos seguíamos ahí mismo hasta poder lograrlo.

Seguimos así hasta que conseguimos la cinta y nos transportamos a este mundo; compartir estos momentos con mis panas es bacán, porque yo observo como ellos lo intentan y se esfuerzan y hacen lo mejor posible, pero lo mejor es que se meten tanto en hacerlo que ahí arriba solo se dejan llevar por la vibración y el constante sube-baja de la cinta... Al mirarlos a ellos es como que afirmo lo que yo subido siento, sunpongo que me debo ver como ellos ahí arriba, concentrado o con una cara de "ñeque" para aferrarse y poco a poco irse relajando y tomar el control de cada movimiento ahí arriba.

Es muy diferente cuando estoy solo, aunque hay un significativo bullicio de la ciudad en mis orejas, cuando me sube todo se calla, en mi mente casi siempre habla mi voz tranquilizándome cuando estoy a punto de perder el control o siento un desbalance, entonces me estabilizo y continúo hasta bajar y volver a estallar mis sentidos con mi alrededor... Con los panas ahí se vuelve como un rito de tranquilidad, hasta la conversación cambia, porque sentimos dentro nuestro ese cambio que la cinta nos hace, todos nos conectamos con el mismo sentir, la misma adicción al control de la mente y el cuerpo ahí arriba...

...Gracias a toda esa gente que nos despierta y nos ayuda a identificamos con esto, por todos esos consejos de seguir adelante o incluso esas malos deseos que esperan botarnos, ahora nos hacen más persistentes... Gracias a la gente que me comprende por qué estas actividades son tan importantes para mi...

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